domingo, 19 de octubre de 2025

La Quebrada de Leña Patrimonio Natural de Piritu

La Quebrada de Leña, un lugar cargado de historia y mitología, ha sido testigo del paso del tiempo desde mucho antes de la fundación de Píritu, el 19 de diciembre de 1805. a era conocida con ese nombre, Este rincón, donde el murmullo del agua penetra en el alma, ha refrescado no solo la sed de los indígenas que encontraron en sus caudalosas corrientes un alivio, sino también la inspiración de poetas y cantantes que han tejido sus versos y melodías en torno a su esencia.Con el paso de los años, la Quebrada de Leña ha continuado siendo un símbolo de resistencia y belleza. Inspiración de poetas que, al igual que el agua, fluyen libremente en sus letras, buscando capturar el espíritu indomable de la naturaleza. Cantantes han interpretado su esencia, destacando su papel como la musa que nutre el alma de los artistas y recuerda a las generaciones la importancia de valorar y preservar la riqueza natural que nos rodea.



La leyenda mas famosa cuentan que allí, disfrutando de aquel paradisíaco lugar vivió una pareja: un hambre y una mujer. El hombre nunca trabajaba. La mayoría del tiempo permanecía acostado en una hamaca donde se mecía impulsándose con el pie de uno de los horcones del rancho.

La única actividad que realizaba era la cacería, por eso en el rancho jamás faltaba la carne. La mujer le reprochaba que estaba cansada de comer carne todos los días del mundo.
La mujer considera que esta situación se va haciendo insoportable, lo que va despertando en ella una incontenible curiosidad por saber como hace su marido para matar a los animales, ya que cuando salía de cacería no llevaba ningún implemento. Y da rienda suelta a su imaginación para lograr encontrar la respuesta a la situación que le está intrigando. La curiosidad continúa aumentando y un día la mujer se acerca al hombre que está acostado como de costumbre y agarrando la hamaca por la cabuyera le pregunta:

Mujer: ¿Cómo hace usted para matar los animales?

-El hombre se sorprende por la pregunta y antes de que su mujer continúe le responde enseguida:

Hombre: Muy fácil, los carrereo hasta que se cansen y luego los agarro.

La mujer no quedó conforme con aquella respuesta. Porque cuando regresaba de cacería traía la ropa tan limpia como cuando había salido. Estaba segura que el hombre le mentía. A todas estas, la mujer decide averiguar por su propia cuenta y sigue a su marido ocultándose de árbol en árbol. El hombre se detiene a la orilla de un caño, mira en distintas direcciones y luego se introduce en el tronco hueco de una Jabilla. Allí se desnuda y coloca la ropa a un lado. Seguidamente comienza a untarse parte del contenido de frascos y papeletas que había llevado ocultos en el bolsillo del pantalón, se convierte en tigre y comienza a buscar su próxima presa.

La mujer que había observado todo, al ver que el tigre se alejaba del sitio, cuidadosamente se dirigió al árbol hueco, agarró la ropa y se la llevó a su casa. Después de haber cazado un venado, el tigre regresó al sitio donde había dejado su ropa pero todo había desaparecido y se dijo que el tigre se quedó para siempre en la montaña. Muchos cazadores aseguran haberlo visto. Lo identifican por una sortija de oro que tiene en una de sus manos. Otros que solo han visto sus huellas donde se aparecían cinco dedos, motivo por el cual se llamó el “tigre cinqueño”. No tiene cola por lo que le dicen el “tigre mocho”.

La Leyenda del Tigrito (en poema) 

Entre Quebrada de Leña
y el arroyo Tucuragua
aparecen cursos de agua
 que solo quedan secuelas
de las nacientes muy bellas
Ya no existen las montañas
por culpa de la cizaña
que la gente ha dedicado
en esos tiempos pasados
hasta acabar con la fauna
Sin embargo en esas zonas
muchas cosas sucedieron
Leyendas se conocieron
e historietas numerosas
que se hicieron muy famosas
Según narran los nativos
y tanta gente lo dijo
que en un hermoso paraje
con especies de animales
surgió un cuento muy bonito
Mencionan que en cierto ambiente
disfrutaba una pareja
en una casa discreta
que contaban con la suerte
de comer carne reciente
El muy poco trabajaba
y en su lecho reposaba
la mayor parte del tiempo
en espera del momento
que la carne se acabara
En su hamaca recostado
se mecía tomando impulso
de un horcón que el mismo puso
en su rancho bien sombreado
del que estaba acostumbrado
Su labor era la caza
por eso siempre en su casa
ninguna vez faltó carne
que cazaba en todas partes
y que nunca estuvo escasa
La mujer le reprochaba
comer carne to´ los días
pues ansiaba otra comida
porque ya estaba cansada
de lo que bien degustaba
La muchacha considera
la situación muy molesta
pero tenía la inquietud
de saber de la virtud
que ocultaba su pareja
La mozuela no entendía
porqué del monte pulido
retornaba su marido
con tremenda cacería
ni el sudor se percibía
Libra su imaginación
pa` deducir la situación
-Si él no conduce implemento
para traer el bastimento
requiere una explicación
Un día a su esposo se acerca
en su lecho a su manera,
le tiempla la cabuyera
pa` que termine su siesta
y clamar una respuesta
-Espero que usted responda
y aspiro que no se esconda
¿dígame de qué manera
consigue la carne fresca
sin sudar cuando retorna?
La pregunta lo sorprende
no queriendo platicar
contesta sin vacilar.
pues del asunto depende
que su mujer lo condene
-Muy fácil, los carrereo
cansados los aporreo
y así detengo enseguida
a la cacería elegida
con lustre y sin forcejeo
La muchacha no conforme
con desigual argumento
y sin ningún contratiempo
evitando más sermones
procedió sin condiciones 
Sabía a fondo que mentía
pues ropa limpia lucía
al retornar su gestión
y cumplir con su misión
un hombre de jerarquía
Ella acuerda averiguar
pero con sumo cuidado
y escondida entre los palos
lo sigue por el lugar
hasta que pudo llegar
El marido se detiene
en la orilla de un afluente
mira en varias direcciones
y en una cueva se esconde
de una jabilla imponente
Allí se desnuda el tipo
coloca la ropa a un lado
unta lo que había llevado
de un frasco su contenido
y polvos que había escondido
En un tigre se transforma
y sale a efectuar su ronda
la mujer que todo vio
 la ropa se la llevó
a su casa y sin demora
Poco espacio había andado
el salvaje en su función
regresó a su dirección
en breve de haber cazado
con su pericia un venado
El tigre no encontró nada
en el sitio que habituaba
y en la montaña por siempre
su presencia está latente
con la leyenda nombrada
Muchos cazadores dicen
que lo han visto por los montes
retirado en los mogotes
y la gente lo define
como un tigre en los confines
Lo llaman “tigre cinqueño”
por las huellas de sus dedos
dejadas en los caminos
en su vagar sin destino
por esos largos senderos
Una gran sortija de oro
lleva en una de sus manos
según cuentan los aldeanos
al parecer muy valioso
que le luce tan brilloso
Por eso quien lo precisa
de ningún modo lo olvida
ya que parece un brillante
en los dedos del mutante
o de esa fiera sufrida
Lo apodan el “tigre mocho”
porque la cola le falta
y otros relatos piratas
han hablado del montuoso 
que se convirtió en famoso
De esta historia solo queda
pasajes de una quimera
un riachuelo pequeñito
el que llaman el tigrito
y de los montes estela
Los años pasan y marchan
y la montaña abundante
con el devaste constante
ya solo queda la marca
como recuerdo distante
Y el agua que Dios bendijo
con su frescor exquisito
ya nunca se sentirá
pero siempre quedará
el relato bien descrito


Las leyendas que giran en torno a la Quebrada de Leña evocan un pasado mágico, donde los espíritus de la naturaleza danzaban al compás del viento y las aguas. Para los pueblos originarios, este lugar no era simplemente una fuente de agua; era un santuario que conectaba lo terrenal con lo divino. Las historias de amores imposibles, guerreros valientes y deidades que habitaban entre las rocas y la vegetación han perdurado, alimentando la rica tradición oral de la región.

Así, la Quebrada de Leña sigue siendo un emblema no solo para Píritu, sino también para todos aquellos que reconocen la fuerza de sus aguas y la profundidad de sus leyendas. Es un recordatorio constante de la interconexión entre la historia, la cultura y la naturaleza, un legado que perdura en cada gota que fluye y en cada verso que se entona

Quebrada de Leña entre paso  y pozos

Los Piriteños por años disfrutaron de los diferentes paso  pozos; paso de La Vega, El Pozón o la Piscina, El Paso de El Padre, El Paso del Horno, El Paso de los Hombres, El Paso de El Limón o de Las Mujeres y El Paso de El Apamate.



Declive ambiental de Quebrada de Leña  

Principio del siglo XX 

Durante los primeros 50 años del siglo XX, en toda Venezuela se aplica un modelo desarrollista el cual prioriza el crecimiento económico, sobre todo lo demás, siendo un modelo que propicia la deforestación, la contaminación del aire y el agua, la pérdida de biodiversidad, Quebrada de Leña  no escapa de esa realidad. una fecha  significativa en la defensa del medio Ambiente es 1928 las aguas  Quebrada de Leña 
fueron desviada de su cauce con el fin de regar una siembra de paja;  los piriteños unidos, acudieron al sitio de los acontecimientos  y con la ayuda de hachas, picos, chícoras, machetes, etc., derribaron la improvisada presa de guasduas, hojas de titiara y arena que motivó el desvío de la Quebrada

Década 50

Para los años 50 el daño era visible el gobierno nacional como medida protectora se suscribe un CONVENIO entre el Instituto Agrario Nacional, Organismo Oficial Autónomo, creado por Decreto Nº 173 de la Junta Militar de Gobierno, publicado en la Gaceta Oficial Nº 22954 del 30 de Junio de 1949, en este Convenio se denominará el Instituto y estará representado en este acto por el doctor Antonio Manzano en su carácter de abogado consultor, suficientemente autorizado al efecto por el Comité Ejecutivo de dicho Instituto según consta en acta de la sesión del 18 de Mayo y ratificación del Directorio en sesión del 7 de Junio de 1950, por una parte, y por la otra los ciudadanos: Luis Guillén, Miguel Azuaje Blanco, Carlos R. Alvarado, Francisco Vargas, Augusto Campíns y Silverio Escobar, obrando estos en carácter de condueños de Choro Gonzalero, posesión donde se encuentra ubicado el nacimiento de la Quebrada de Leña.

Década de los 60: Fundación del Movimiento Conservacionista de Píritu


A mediados de la década de 1960, el municipio de Píritu, especialmente la Quebrada de Leña, comenzó a enfrentar serias amenazas ambientales que llevaron a la creación del Movimiento Conservacionista de Píritu. Este movimiento surgió como respuesta a la creciente preocupación por la protección de la quebrada y sus recursos naturales. Con un enfoque en la preservación del medio ambiente, el movimiento aún persiste, simbolizando la resistencia comunitaria ante la explotación ambiental.

Década de los 70: Degradación Ambiental y Conciencia Colectiva

La década de 1970 fue crítica para la Quebrada Tucuragua, la cual experimentó una severa degradación debido a las actividades agrícolas intensivas. Esta quebrada, conocida por su atractiva cascada y rica historia, se contaminó gravemente por materia fecal proveniente de la Finca Choro, llevando eventualmente a su desecación. En este contexto, iniciativas como la charla conservacionista impartida por la maestra Sobeyda Jiménez de Ochoa (la meñequera ) en 1975 se convirtieron en vitales para aumentar la conciencia sobre la importancia de proteger estos ecosistemas. El primer cronista de la ciudad, Humberto Gallegos Castillo, también desempeñó un papel esencial al comunicar los riesgos asociados con la intervención humana en la quebrada mediante diversos medios de comunicación.



Década de los 80 : Alerta y Activismo Ambiental

Los años 80 marcaron un periodo de alarmantes evidencias sobre la contaminación de las aguas de la Quebrada de Leña. En 1980, se llevaron a cabo los primeros análisis que revelaron altos niveles de elementos contaminantes. La Federación Campesina de Venezuela, en 1982, emitió un comunicado que reflejaba la gravedad de la situación y denunciaba la intervención destructiva en la quebrada. La deforestación se intensificó a lo largo de la década, con la Finca Choro continuando su proceso de contaminación. En 1986, el comisionado del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, José Luis Arocha, presentó un informe sobre la situación crítica de la Quebrada de Leña, lo que llevó a la Cámara de Diputados a pronunciarse al respecto. Sin embargo, las acciones de los ambientalistas, aunque constantes y visibles en los medios, no lograron revertir la tendencia destructiva.



Década de los 90: La Lucha por la Sustentabilidad y la Desaparición de Recursos Naturales



En los noventas, el impacto ecológico en el municipio de Esteller se intensificó. Aumentaron las deforestaciones, lo que resultó en la pérdida de innumerables cuerpos de agua y un deterioro irreversible en la calidad del entorno natural. A pesar de los esfuerzos persistentes de los activistas ambientales para proteger los recursos naturales, los daños continuaron, evidenciando la fragilidad de los sistemas ecológicos frente a las actividades humanas. La inminente desaparición de la Quebrada de Leña se convirtió en un símbolo de la lucha más amplia por un futuro sostenible en la región.


en lo que va de siglo XXI. Muy pocas las zonas boscosas y las corrientes de agua que aún perduran pero propensas a extinguirse por las acciones de depredadores ambientales. De estos perjuicios no escapa la Quebrada de Leña, considerada por los piriteños patrimonio natural por la utilidad a las comunidades y por ser sitio de recreación y esparcimiento por muchos años, incluso a los primeros pobladores de Choro y Píritu. Sin embargo, pese a las constantes denuncias que generaron supuestos correctivos, hasta el día de hoy, no se cumplieron. Si de tala se trata y la solución es replantar las áreas afectadas, tendríamos que esperar más de treinta años para que estas especies tengan un tamaño adecuado y cumplan con las funciones vitales de protección. Para ese entonces, la quebrada y sus nacientes habrían desaparecido. Particularmente pienso que todavía hay tiempo de salvar a la Quebrada de Leña, nuestro patrimonio de identidad natural. Alirio Ramón Acosta, cronista oficial del municipio Esteller

Ramon Sánchez: Un Maestro del Folklor Venezolano

Ramón Sánchez es sin duda una de las figuras más emblemáticas del folklore venezolano, un talento multifacético que ha dejado una huella imborrable en la música de su país. Nacido en el pequeño pueblo de Baúl, estado Cojedes, desde muy temprana edad se trasladó a Acarigua, donde creció en el barrio Campo Lindo. Su entorno familiar, compuesto por artistas y músicos, fue el caldo de cultivo perfecto para que desarrollara su pasión por la música.



Desde sus inicios, Ramon mostró un notable aptitud para el arpa, un instrumento que se convirtió en su mejor aliado y con el cual desató toda la magia de sus 32 cuerdas. Su destreza no solo reside en su habilidad como arpista, sino también en su capacidad de logrando fusionar diferentes estilos y ritmos que enriquecen su herencia musical.

Como director del conjunto "Venezuela Canta", legado que heredó de su cuñado Hermenegildo Mendoza, Ramón ha sido una figura central en la promoción y difusión de la música tradicional venezolana. Su conjunto ha viajo por diversas regiones, llevando la esencia del folclore a nuevas audiencias y perpetuando la rica cultura musical de Venezuela.

A lo largo de su trayectoria artística, Ramón Sánchez ha acumulado un vasto repertorio de producciones discográficas. Su versatilidad como arpista le ha permitido colaborar con numerosos artistas de la música criolla, quienes lo han solicitado como marco musical para sus proyectos. Esta colaboración ha resultado en una variedad de grabaciones que reflejan tanto su habilidad técnica como su amor por la tradición, entre las figuras con quien realizo coloraciones están  Juan de los Santos Contreras​ el carrao de palmarito, Reina Lucero, Reinaldo Armas y Ángel Custodio Loyola.



A lo largo de su carrera, acompañó a numerosas figuras del canto criollo, estableciendo su reputación como un músico excepcional. Sin embargo, su verdadero impacto radica en su capacidad para inspirar a futuras generaciones de  músicos.Entre sus alumnos destacan figuras como Yanis Quedes Linares y Gilbert Quedes Linares, quienes continúan promoviendo el amor por el arpa y la música tradicional venezolana. Esta transmisión de conocimientos no fue solo un acto de enseñanza; fue un compromiso profundo por mantener viva la cultura musical del país.


Aunque Sánchez se codeaba con grandes figuras de la música, su humildad y dedicación al arte lo llevaron a apoyar a artistas emergentes en festivales como el Festival de la Voz Primaria y el Festival de la Voz Liceísta, igual acompaño a una gran cantidad de cantantes en muchísimos festivales Regionales y Nacionales Su generosidad y pasión por la música lo hicieron accesible, brindando oportunidades a muchos que soñaban con seguir sus pasos.

Además de su carrera artística, compartía su vida artista con su trabajo  en el Instituto Nacional del Menor (INAM) y más tarde como maestro de música en el Ministerio de Educación. Su vida fue un testimonio de cómo la música puede servir como herramienta de transformación y educación, enriqueciendo no solo las vidas de quienes lo rodeaban, sino también la cultura musical de Venezuela en su conjunto.


el Caballo que relincha de las Tucuragua


La leyenda del espanto mas famosa de portuguesa es el silbón, aunque en todos los pueblos caseríos y hasta en los barrios de la ciudad hay leyendas y cuentos de espanto, las Tucuraguas de San Rafael de Onoto, no es la acepción, Aunque las nuevas generaciones no conocen estas historias de aparecidos tal vez por no seguir una prácticas que los viejos lugareños d
e reunirse alrededor del fuego, que solían contar estas historias al caer la noche, al narrar esos relatos cargados de advertencias y enseñanzas. los mas jóvenes no oyen cuentos de aparecidos, brujas y espíritus ha sido reemplazada por nuevas formas de entretenimiento, de la era digital, así, muchas de las narraciones han quedado relegadas a la memoria de unos pocos.

Historias de Patio y Puchi.

Reyes Salones y su hijo Jhonny, conocido cariñosamente por su apodo "Puchi", habían planeado una noche de caza en la montaña. Era una tradición familiar que disfrutaban cada temporada, un momento para compartir y disfrutar de la naturaleza. Sin embargo, esa noche, algo inusual estaba a punto de suceder.

Eran aproximadamente las 10 de la noche cuando se internaron en la montaña, rodeados por la oscuridad y el suave susurro del viento atravesando los árboles. Mientras caminaban, Reyes notó que Puchi comenzaba a comportarse de manera errática. Al principio, pensó que tal vez su hijo estaba simplemente emocionado por la aventura. Pero cuando Puchi decidió apuntar con la linterna hacia un lado y luego bajarla abruptamente, repitiendo ese movimiento varias veces, la preocupación de Reyes comenzó a crecer.

—Hijo, ¿qué te pasa? —preguntó con voz firme pero comprensiva.

—Papá, veo un caballo con un jinete vestido de blanco —respondió Puchi, su voz temblando ligeramente. Reyes no pudo evitar fruncir el ceño, sintiendo que lo que decía su hijo sonaba absurdo, pero en el fondo, había una inquietud que empezaba a instalarse en su pecho.

Con un gesto veloz, Puchi volvió a iluminar el área. En un instante, la luz reveló solo sombras danzantes entre los árboles. Pero al volver a bajar la linterna, su rostro mostraba una mezcla de miedo y asombro.

—Cada vez que alumbro, desaparece —añadió, este tono de incredulidad le daba un aire aún más inquietante a la ya extraña situación.

Reyes, tratando de mantener la calma, respondió con voz tranquilizadora:

—Hijo, no ves nada. Estoy aquí contigo y no hay nada que temer. Te aseguro que no hay caballos ni jinetes, solo nuestra imaginación jugándonos una mala pasada.

Sin embargo, la mirada de Puchi seguía fija en la oscuridad, como si algo invisible estuviera atrapando su atención. La incertidumbre llenaba el aire y la chispa de terror comenzó a extenderse entre ellos. Finalmente, el ambiente se volvió demasiado inquietante para Reyes.

—Vamos, mejor regresemos a casa —dijo, invadiéndolo un impulso de proteger a su hijo de aquello que no podía comprender.

Sin más palabras, los dos padres e hijo se dieron la vuelta y justamente en ese momento oyeron el relincho del caballo, comenzaron a correr hacia la seguridad del hogar. A medida que se alejaban, el sonido de la montaña se desvanecía tras ellos, aunque el eco de la experiencia los seguiría acechando en sus pensamientos. Esa noche, la caza se convirtió en una historia que contar, un misterio sin resolver que quedaría grabado en sus memorias.

La vez que los encalamacaron.

Reyes y su hijo puchi,, habían decidido una vez más aventurarse en la montaña, un lugar que conocían a la perfección. Era una mañana brumosa y el aire fresco prometía un buen día para cazar. Con la escopeta al hombro, Reyes se sentía confiado en la búsqueda de su presa. No pasó mucho tiempo antes de que avistaran un cachicamo, un animal que había sido su objetivo durante semanas. Sin pensarlo dos veces, Reyes disparó, y el sonido del disparo reverberó entre los árboles.

Con el animal capturado, Puchi corrió a buscarlo, mientras su padre sonreía, satisfecho con su caza. Pero al emprender el camino de regreso, comenzó a sentir que algo extraño sucedía. La familiaridad del sendero se desvanecía y, tras unos momentos de caminar, se encontraron atrapados en una zanja que nunca antes habían visto. El agua, clara y luminosa, estaba llena de peces que nadaban despreocupados, como si el mundo exterior no existiera.

—¡Paito, estamos encalamocao! —exclamó Puchi, aún tratando de entender cómo habían llegado a aquel lugar.

Reyes miró alrededor, perplejo. Nunca había creído en las historias de encantamientos de los ancianos del pueblo, pero la sensación de confusión lo invadía.

—No sé... sigue caminando —respondió, intentando mantener la calma. Era mejor seguir avanzando que rendirse ante la incertidumbre.

Tras un rato de inquietante silencio y pasos inciertos, lograron salir a un sendero más conocido, uno que solía conducirlos sin problemas hacia el hogar. Pero al mirar hacia abajo, una inquietante realidad les golpeó: no llevaban al cachicamo en sus manos.

El espanto del animal, al ser arrebatado de su hábitat natural, había liberado a Reyes y a Paito de ese extraño encantamiento. De alguna manera, habían recuperado el sentido de dirección, pero la caza, su preciada captura, había desaparecido como un eco en el viento.

Mientas caminaban en silencio hacia casa, una inquietante sensación les envolvía. Aquella experiencia había cambiado algo entre ellos, dejándolos más juntos pero también con una pregunta sin respuesta: ¿habían estado realmente perdidos en la montaña, o su propia avaricia los había llevado a un rincón de lo desconocido? No escucharon el relincho del caballo que tantas veces les había espantado, pero ellos sabían que ese era el espiritud protector de la naturaleza, y en su lugar, solo quedaron la duda de lo ocurrido y el murmullo del agua, recordándoles que algunas cosas están destinadas a permanecer en el misterio de la naturaleza.

¡Corre, Gavino!

Gavino era un hombre de la zona, conocido por su habilidad en la caza. Un día, decidió salir a cazar venado con su amigo, un compañero experimentado en las artes de la selva y las montañas. Mientras avanzaban por los senderos serpenteantes, su amigo decidió adentrarse más en la espesura, persiguiendo un rastro fresco de presas.




De repente, mientras Gavino se mantenía a cierta distancia, escuchó a su amigo gritar desde lo profundo del bosque: "¡Corre, Gavino!" Sin pensar en las razones detrás de esta advertencia, Gavino dejó de lado su cautela y comenzó a correr, el corazón latiéndole con fuerza mientras se abría paso entre los árboles.

Después de unos momentos que parecieron eternos, finalmente se detuvo, agotado y sin aliento. Mirando a su amigo con una mezcla de confusión y enojo, preguntó: "¿Qué pasó? ¿Por qué corrimos?"

Su amigo, aún temblando de la adrenalina, soltó una risa nerviosa. "¡Guaaaa! Gavino, no viste el caballo que pasó tres veces justo por donde tú estabas. Y el jinete... en la última pasada, me metió varios cogotazos. Pensé que te había alcanzado."

La risa de ambos resonó en el silencio del bosque, entremezclándose con el canto de las aves y el susurro del viento. Gavino, aún recuperando el aliento, sacudió la cabeza con incredulidad. "¡Nunca más me asustes así!" dijo, aunque una sonrisa cómplice se dibujaba en su rostro.

A partir de aquel día, la anécdota se convirtió en una historia que contar, un recordatorio de que, en la caza y en la vida, a veces lo inesperado puede ofrecer los momentos más memorables.

La Quebrada de Leña Patrimonio Natural de Piritu

La Quebrada de Leña, un lugar cargado de historia y mitología, ha sido testigo del paso del tiempo desde mucho antes de la fundación de Píri...