
La quebrada de Araure es un Cuerpo de agua que tiene su nacimiento en la terraza oeste de la ciudad de Araure, teniendo un recorrido aproximado de 10 kilómetros, sentido rumbo este-oeste, pasando por el puente sobre la llamada carretera panamericana o troncal 5, pasando por el el barrio san pablo, puente La Múcura en pleno casco urbano, dividiendo el barrio Campo lindo al sur y barrio el trapiche al norte, mas adelante divide al barrio Campo lindo al sur y urbanización, el pilar al norte, atraviesa al barrio algarrobo, igualmente divide el barrio la villa al sur y baraure al norte, pasando por el parque Musiu Carmelo, igualmente pasa por un lado de la técnica industrial Simón Bolívar, para finalmente desemboca en el caño Durigua, tributario del río Acarigua, en jurisdicción del vecino municipio Páez (Acarigua). el cual desemboca en el rio Portuguesa , el cual desemboca en el rio Apure, que a su vez desemboca en el padre rio Orinoco.
Nacientes Norte y sur
La quebrada tiene 2 nacientes una al norte y otra al sur , siendo la de mayor tributo en agua la del norte, cada naciente forma un cuerpo de agua permanente realizan un recorrido hasta que se encuentran, y forman el cauce principal, Según el memorista José Rafael Sotillo, a principio del Siglo XX, eran conocido el lugar como las 2 quebradas. 1 página 14 Wilfredo Bolívar, apuntes para la historia del Agua.
Importancia histórica
Esta quebrada tiene una importancia histórica ya que de ella viene el nombre de la ciudad de Araure, Según el lingüista Renato Agagliate, su nombre deriva del hidrotopónimo “para volar”, nombre asociado a algún ave zancuda que desde antiguo debió morar en sus bosques de galería, y que el aborigen terminó asociando a sus aguas milenarias.
Los pobladores de Araure al darse cuenta que el sitio escogido para habitar, quebrada de armo no tenia suficiente agua, en el periodo seco deciden mudar su asentamiento mas al norte cerca de la quebrada de Araure ya que esta quebrada llevaba agua durante todo el año; circunstancia que favoreció el abastecimiento de los primeros pobladores.
Turismo en dique
En Diciembre de 1964 se inauguró oficialmente el Balneario de la Quebrada de Araure, conocido popularmente como el dique: este un balneario publico que esta a pocos metros de la naciente y a solo 3 cuadras de la plaza Bolívar de Araure, lo que es lo mismo que decir que esta en el centro o corazón de la ciudad, cuenta con una abundante anuencia de visitantes que usan sus aguas para la recreación y el esparcimiento. De igual manera, es visitado por grupos cristianos evangélicos los cuales realizan bautizos en su aguas, es sede del grupo scout Baden Powel.la entrada es gratis por tratarse de un lugar publico, pero se le da una colaboración a unas damas que se encargan de limpieza, mantenimiento, seguridad del lugar.
![]() |
El dique |
Turismo en el tamarindo
el sector el tamarindo, es famoso por la historia que cuenta que el libertador Simón Bolívar se baño debajo de un tamarindo del lugar, aunque en la actualidad el lugar no esta acondicionado como el dique, también cuenta con una gran frecuencia de visitantes, esta al aire libre no tiene cercas, no se da ningún tipo de colaboración, las represas o diques para aumentar la profundidad del agua son improvisadas.
Turismo en el puente la mujer
Es un balneario relativamente nuevo (2023) es de poco visitado comparado con el dique y el tamarindo, ya que cuenta con pocos arboles que protejan del sol, su construcción genero malestar y protestas ya que se sacrifico un bosque de galería para su edificación, además le cae aguas negras.
El sabio de portuguesa el Doctor e historiador, pintor y poeta Raúl H. de Pasquali G., escribió, en el diario Ultima Hora el 11 de noviembre de 1985.“Antes, la Quebrada de Araure tenía el caudal abundante de agua y su cantarino deslizar era como un eco azul de lejanía. El vientre fecundo de peces con colorido de mariposas. Fértil la orilla de corpulentos árboles donde colgaban casitas de miel, racimos de frutas silvestres y el ramaje adornado con pendientes de orquídeas. La Quebrada tenía aroma de selva, fragancia de sabana. Amanecer de aliento de trinar de pájaros multicolores y atardeceres de nidal de ensueños. La Quebrada poseía un cielo nocturnal de cocuyos, aguas de luna y lecho de luceros, con su enjambre de sonidos y sus encantos de misterio. No lejos de la Quebrada habitaban los indios, los que le dieron el dulce nombre de Boraure, dialecto de antaño que ha quedado como una huella cabalgando sobre el lomo del tiempo. Los aborígenes pescaban en la Quebrada con red de manos tejida en puntos de algarabía de risas y exclamaciones de gracia a sus dioses, espíritus de la fortuna. Hábiles pescadores y también excelentes tejedores de mitos y leyendas. Se aleccionaba por la boca de los más ancianos la creencia que la mujer india había surgido de las aguas, de allí que la Quebrada fuera como una tibia caricia a los cuerpos cansados de los viajeros y a los guerreros de las tribus que regresaban de las largas cacerías y de las encarnizadas luchas. Cuando llegaba el verano en las noches en que la luna semejaba a una gran torta de cazabe, se encendían fogatas en la orilla de la Quebrada. Lumbre de fuego para el ritual y la joven india más hermosa estiraba los brazos para alcanzar la luna y traerla hasta la corriente de agua para hechizarla y fecundarla de peces, plateados, dorados, rojos y azules. Noches de creencias indias, sobre las aguas desnudas. Encanto de un pasado conservado entre un follaje de color de fantasía y un renovar de emociones con corrientes frescas. Años después, llegaron otros hombres, con bríos de caballos desbocados, con sonido de metal y truenos de pólvora y hubo espanto de guacamayas, de azulejos, de turpiales. Gritos de garzas. Sordos quejidos de araguatos. La Quebrada hizo silencio como en un ahogar de penas. Calmado el temporal con anuncio de sonoridad de campanas recién instaladas, volvieron las aves, los pájaros y remontaron las aguas los peces. De las entrañas de la Quebrada brotaron ramas de acequias que en su recorrer de corrales y patios de las casas, de la nuevecita Villa de Araure, iban sembrando naranjas, ciruelas, toronjas, cambures y limones. Rosas, jazmines, trinitarias y claveles. Descolgaba el almanaque sus años y un día, a mitad del siglo XIX, a la gente se le ocurrió colocarle luciente peineta a las cabelleras del agua. Justo a la salida de la Villa, sabana abajo, por el camino del trayecto hacia Acarigua, juntaron la voluntad y esfuerzos, ladrillos, piedras y mezcla real y construyeron sobre la Quebrada el primer puente de mampostería, al que las generaciones denominaron “EL VIEJO PUENTE DE LOS ESPAÑOLES”. El puente, macizo, con sus arcadas, vestido de cal, fue un símbolo de la época de la economía del añil. A comienzos del presente siglo, para conmemorar el CENTENARIO DE LA BATALLA DE ARAURE, el viejo puente fue demolido y en su lugar fue construido otro moderno, con el nombre de ALIANZA, como símbolo de los lazos de hermandad existentes entre Acarigua y Araure. Ahora, hay pocos peces en la Quebrada, nostalgia de aguas idas, sin aroma a selva, sin fragancia de sabana.”