10 de junio de 1917-27 de Agosto 1981 |
Anecdota Pedro Miguel Fajardo
En la presidencia del estado Portuguesa de don Hilarión López y su Secretario General de gobierno el Dr. Guillermo Altuve Willians, hombre amante de la cultura. Este funcionario contrató y trajo a Guanare al artista del violín de nombre Ricardo Odnoposoff de nacionalidad Ruso-Argentina, calificado como el segundo violinista del Mundo. No había hoteles en Guanare, por lo que la comitiva designada para ofrecer las atenciones al ilustre invitado se vio en la necesidad de
Ricardo Odnoposoff |
alojarlo en una casa de familia. En
la noche, como un acto de atención, se le ofreció una serenata con Pedro Miguel como violinista. Pedro Miguel, de su repertorio ejecutó una pieza intitulada “Mil violines”. El invitado los recibió amablemente y, asombrado, se dirigió a Pedro Miguel diciéndole: “Maestro, ¿dónde estudió usted?”, y nuestro artista, con la ingenuidad que le caracterizaba, le respondió: “Empecé en la pulpería de don Ricardo Mago, con la cuerda que tenía para picar el queso”. Cuando se efectuó la presentación del invitado, Pedro Miguel se encontraba en el público asistente y terminado el acto, aquél fue a donde se encontraba Pedro Miguel, y le preguntó: “Maestro, ¿cómo le pareció el concierto?, y éste le respondió: “Muy bueno, pero le voy a decir una cosa, usted desentonó en un momento de su ejecución”, y el ilustre invitado le dijo: “Es cierto, maestro, tuve un momento en el cual desentoné”.
Auge y decadencia de Pedro Miguel Fajardo.
Pedro Miguel en Araure, una celebración del 5 de diciembre |
en lo personal, se caracterizo por su trato cordial con todos, por ser un hombre elegante y educado, peinado impecable, un caballero pulcro , que se bañaba con perfume, siendo visto como un bohemio el que perfuma la brisa, lamentablemente, sufrió una depresión por la muerte de su madre (Mercedes Fajardo) y se entregó a la bebida decayendo en un estado muy lamentable, con rostro demacrado , sucio, con los cabellos sin recoger, como dice la canción que se le compuso. siempre se le veía por la Carrera 3 cuando me dirigía al liceo Unda. Al pasar por ese lugar Calle 19 escuchaba tocar su fiel compañero El Violin.
El Dr Rafael gavidia lo llevo a tratamiento y ya recuperado volvió a Guanare y al poco tiempo, sus amigos de serenata en sus parrandas con alcohol volvió a recaer, por su parte el Dr. José La Riva Contreras (autor de Pasillaneando), le compuso esta canción en donde narra la triste y lamentable condición de Pedro Miguel, en donde aprovecha y magistralmente menciona a otros personajes muy queridos como Rosa Tapia y Don Fernando Bambey (Fernando Colmenares), muy populares y queridos del Barrio La Peñita de Guanare de los años 1940; como una anécdota, un día Pedro Miguel se encontró con el Dr. La Riva y señalando la botella de aguardiente que cargaba le dijo: "lo de la carterita es verdad" esto se lo dijo en referencia a que él no profería malas palabras.
Pedro Miguel Fajardo en la cultura popular.
El Profesor José Joaquín Burgos, lo inmortaliza en una poesía, a través de sus hermosas imágenes literarias, nos descubre la esencia humana de ese personaje popular.
"Pedro Miguel,
tú eras
Príncipe de la música.
Andabas como un mago
creando torrenciales compases,
crepusculares notas que volaban
y se volvían de pronto golondrinas,
y se vaciaban tus bolsillos,
¡cómo
salían cosas de ellos!
todas sonando.
Salían el susurro del Silbón y el eco
de las guaruras en la noche llanera,
el agua cayendo sobre los techos de palmas,
las cigarras ululando en el banco de los Cedros
y el sordo rumor de las ánimas.
Yo vi, Pedro Miguel,
volar las grandes garzas sobre Guanare,
vi
posarse bandadas de alcaravanes.
En tu violín
entendí el universo de tu magia,
a veces
sentí la voz de Damasita Burgos
y anduve
contándole a las gentes el prodigio,
la fuerza telúrica de todo
cuanto tocaba tu violín.
Eras Príncipe de la música.
no había luna en Guanare sin tus noches.
Y ahora,
Pedro Miguel, andas en la neblina.
Escondes
tu corazón lleno de pájaros.
se tambalea el mundo bajo tus largas piernas;
los perros se ríen de tus viejos zapatos.
Andas con tu violín lleno de grillos.
caes
borracho con tu propia muerte
hasta que vengan las gentes honorables,
te examinen,
levanten tu cadáver
y te lleven rodeado de coronas hipócritas
al cementerio.
Escucha,
levántate,
regres
tú eres el mago del violín y eres
el río que corre.
Debes
eternizarte como los espantos,
andar por esas calles
como el Silbón,
riendo,
enseñándole al mundo
el corazón de Guanare en la música,
abriendo
la noche de los enamorados,
vaciando
las cosas mágicas de tus bolsillos
para que jueguen todos
los niños,
los niños huérfanos del mundo".pedro miguel
Otro poema escrito a Pedro Miguel , es el de Edgar Alvarado.
''EL NIÑO GENIO DEL VIOLIN DE HOJALATA''
Fabricó pasión en un rincón de su alma y dejó escapando melodías en el umbral de la alborada y en un convento de ilusiones va tejiendo una tonada y en ritmo de sueños y silbidos, la magica nota encantada, Pedro Miguel, el bohemio el que perfuma la brisa y el sentido de nuestros recuerdos lo eterniza, corriendo el alma en las brumas del silencio, soñando en el umbral de una ventana, escojiendose en la linea del tiempo dejando colar sonidos de un gran sentimiento, el sonreir de una mañana, Pedro Miguel un manto de cuerdas sonoras, me hacen recordar a Blas Jimenez y los musicos del alma. Pedro Miguel...fuistes lo que dejó tu obra, calles inundadas de recuerdos, musica sonora, Pedro Miguel, esta ilusión no se escapa, solo recordarte y ver en ti, el niño inocente del violín de hojalata.!
El Dr. José La Riva Contreras le compuso la famosa canción que fue grabada magistralmente en la voz de su Majestad del llano Freddy Salcedo.
Ya viene Pedro Miguel, con el violín en la mano
y los cabellos sin recoger, el arco blandiendo va,
diciendo unas palabrotas que ruborizan la vecindad,
ya nadie puede creer que este sea Pedro Miguel,
el genio que con sus manos los instrumentos hacia llorar,
ya nadie puede creer que este sea Pedro Miguel
el de Mercedes Fajardo de Rosa Tapia y de Don Bambey.
Pedro Miguel que te ha pasado, será que un daño
te habrán echado, nadie escucha en las noches tu serenata,
la luna de Guanare no se retrata en los claros arpegios
de tu violín y en las tibias mañanas de La Peñita, sacas de
tu bolsillo la carterita, porque tu gran nostalgia no tiene fin.
INTERLUDIO:
Ya viene Pedro Miguel, con el violín en la mano
y los cabellos sin recoger, el arco blandiendo va,
diciendo unas palabrotas que ruborizan la vecindad,
ya nadie puede creer que este sea Pedro Miguel,
el genio que con sus manos los instrumentos hacia llorar,
ya nadie puede creer que este sea Pedro Miguel
el de Mercedes Fajardo, de Rosa Tapia y de Don Bambey.
Pedro Miguel que te ha pasado, será que un daño
te habrán echado, nadie escucha en las noches tu serenata,
la luna de Guanare no se retrata en los claros arpegios
de tu violín y en las tibias mañanas de La Peñita, sacas de
tu bolsillo la carterita, porque tu gran nostalgia no tiene fin.
y los cabellos sin recoger, el arco blandiendo va,
diciendo unas palabrotas que ruborizan la vecindad,
ya nadie puede creer que este sea Pedro Miguel,
el genio que con sus manos los instrumentos hacia llorar,
ya nadie puede creer que este sea Pedro Miguel
el de Mercedes Fajardo de Rosa Tapia y de Don Bambey.
Pedro Miguel que te ha pasado, será que un daño
te habrán echado, nadie escucha en las noches tu serenata,
la luna de Guanare no se retrata en los claros arpegios
de tu violín y en las tibias mañanas de La Peñita, sacas de
tu bolsillo la carterita, porque tu gran nostalgia no tiene fin.
INTERLUDIO:
Ya viene Pedro Miguel, con el violín en la mano
y los cabellos sin recoger, el arco blandiendo va,
diciendo unas palabrotas que ruborizan la vecindad,
ya nadie puede creer que este sea Pedro Miguel,
el genio que con sus manos los instrumentos hacia llorar,
ya nadie puede creer que este sea Pedro Miguel
el de Mercedes Fajardo, de Rosa Tapia y de Don Bambey.
Pedro Miguel que te ha pasado, será que un daño
te habrán echado, nadie escucha en las noches tu serenata,
la luna de Guanare no se retrata en los claros arpegios
de tu violín y en las tibias mañanas de La Peñita, sacas de
tu bolsillo la carterita, porque tu gran nostalgia no tiene fin.
Pedro Miguel ya Mayor |